Por Vanina Beraldi, Responsable Global de Marketing de Verifarma

La pandemia sin duda ha venido a modificar los modelos tradicionales de hacer las cosas. Una de las actividades que se ha visto impactada por esta situación extraordinaria, es la solidaria, que no solamente vio limitado su alcance, sino que, debido al impacto económico, la necesidad de ayuda se profundizó.

Verifarma desde sus inicios se ha comprometido con apoyar proyectos relacionados a la educación a través del acompañamiento de distintas asociaciones que día a día trabajan para mantener un lazo con cada una de las comunidades de las que forman parte, poner el cuerpo para asegurar que cada niño y niña puedan desarrollar su futuro asegurando sus necesidades básicas y a través de la educación.

Ahora bien, ¿cómo se puede seguir poniendo el cuerpo en situaciones de pandemia y confinamiento?

Una de las organizaciones con las que Verifarma colabora es la Asociación Civil Pilares cuya misión es contribuir a mejorar la calidad educativa de niños y jóvenes de la comunidad vulnerable de Pilar, desde un enfoque integral e integrador. La asociación, que busca desarrollar acciones dirigidas a prevenir y mejorar situaciones de exclusión social a través de estrategias socioeducativas que favorezcan la inclusión, trabaja en red con más de 25 comedores y está integrada por 150 personas (entre directivos, equipo profesional y voluntarios), beneficiando a más de 3200 niños y jóvenes de la zona y a 830 familias.

Agustina Magenties, fue nombrada en pandemia nueva Directora Ejecutiva de la Asociación Pilares. Su predecesora, Guadalupe Masi comparte: “Ante esta situación inesperada, decidimos mantener el foco, fortalecernos desde el interior para encontrar oportunidades en el exterior. Siempre hay oportunidades.” Agustina agrega: “La pandemia cambió el escenario. Dado el contexto, ya no podíamos asistir presencialmente a los comedores a realizar nuestra actividad de apoyo escolar y talleres en salud. Sin embargo, nuestro rol de concientización y educación se hizo más urgente. La necesidad de acompañar el mensaje sobre cómo cuidarse, qué precauciones tomar, cómo actuar si un integrante de la familia contrae Covid-19, asegurar información formal, números de teléfono importantes, entre otras cosas”. Como parte de su respuesta la asociación donó 2.600 barbijos, 200 mascarillas y dispuso material con información enviado por whatsapp y redes, para poder compartir.

Sobre la situación de las familias Agustina comenta: “La situación de vulnerabilidad de muchas familias se profundizó. En ese sentido, la asistencia alimentaria tuvo que extenderse a los padres y abuelos, no sólo a los niños. Por lo tanto, dada la situación de emergencia por la que están transitando muchos de ellos, decidimos colaborar con kits de alimentos. Nuestra meta es que los niños y jóvenes que acompañamos puedan desarrollarse plenamente y sabemos que para lograrlo tenemos que asegurar que sus necesidades básicas estén satisfechas. En lo referente al acompañamiento educativo, nuestro objetivo principal hoy es asegurar la continuidad escolar. Es por eso por lo que, para seguir ayudando a las familias y comedores en donde llevamos adelante nuestros proyectos, nos reinventamos y comenzamos a brindar apoyo escolar a distancia.”

Guadalupe destaca “Nos dimos cuenta de que esta situación no nos alejó sino por el contrario nos hizo fortalecer el vínculo con las familias de los chicos que acompañamos en Apoyo Escolar. Los voluntarios se contactan con los chicos semanalmente, a veces hasta tres o cuatro veces en una misma semana. Ellos asumieron el rol de acompañantes a distancia, ayudando no sólo en la tarea sino también brindando apoyo, consejos y contención tanto a los alumnos como a los padres. El contacto es personal, 1 a 1 y en sus entornos, antes eran los chicos quienes asistían a los comedores y nosotros los encontrábamos allí.”

Agustina suma “realmente un punto fundamental es la dedicación de los voluntarios que, comprometidos con la misión, nos ayudan a acompañar a los más de 110 chicos, ya sea a través de whatsapp o videollamadas. Además, armamos grupos de whatsapp de madres donde intercambiamos información todas las semanas, nos sentimos cerca. Cuando hablamos de oportunidades tiene que ver con esto, con que en este contexto nos encontramos con la misión de reforzar nuestro rol y continuar trabajando por los chicos y sus familias buscando mejorar al partido de Pilar”.

Otro de los centros solidarios que acompaña Verifarma es el Centro de Atención Integral San Cayetano, en la localidad de San Fernando, al que asisten más de 200 familias. El centrose divide en tres áreas: el jardín San Cayetano, que cuenta con 115 niños y niñas de 3 a 5 años y que opera también como comedor comunitario con más de 230 personas inscriptas de entre 3 a 18 años y cuenta con 25 viandas que retiran para niños de 1 a 2 años dos veces por día, el área de apoyo escolar, que brinda apoyo a los niños de primario y secundario a contra turno de la escuela, y la casa del joven, un espacio para adolescentes y jóvenes adultos en el que se realiza un acompañamiento a proyectos de vida, mujeres embarazadas, padres con hijos con adicciones o consumo problemático y constituye una sede del Plan Fines que depende del ministerio de educación para terminar el secundario, con 3 años de cursada.

Andrea Soto es coordinadora de la Casa del joven, tiene más de 10 años de experiencia en el centro y sin dudas, concuerda en que este es el momento más desafiante para continuar con su labor. “La pandemia afectó no solamente a las más de 200 familias que acompañamos, sino a nuestro propio staff de voluntarios. Muchos de ellos se quedaron sin su ingreso principal, a otros les afectó emocionalmente o se frustraban. Es así como parte de nuestro desafío fue acompañar y motivar al equipo para que pueda seguir funcionando. Nos hizo bien mantener nuestras reuniones semanales como equipo para poder sostenernos. Luego hacia nuestra actividad, al no poder encontrarnos más, tuvimos que pasar las reuniones al modo virtual. Frente a eso nos encontramos con la limitante de la conectividad, muchas familias se manejan con un solo celular que a veces es llevado por el papá o la mamá durante todo el día, es decir que a la noche tienen que dividírselo entre todos los integrantes de la familia, tampoco tienen wi-fi por lo que los videos no pueden verse, ni tienen espacio para descargarse aplicaciones o no tienen actualizado el whatsapp para realizar videollamadas. Así que nos manejamos mayormente con audios o llamadas telefónicas” comparte.

El centro buscó mantener la actividad de cada una de las áreas. Uno de los elementos clave para la continuidad fue el vínculo ya generado con las familias ya que muchas de ellas asisten al centro desde hace años: comienzan en el jardín, luego con el apoyo escolar y finalmente en la casa del joven, otras tienen integrantes en cada una de las áreas. El objetivo fue mantener ese vínculo, lo cual significó mucha paciencia y tolerancia a la frustración: confiar, insistir. Sobre esto Andrea comenta: “Las viandas y el comedor fueron reemplazadas por bolsas alimentarias. Entregamos periódicamente 300 bolsas alimentarias, una por cada integrante. Y el apoyo escolar, con llamadas semanales realizadas por docentes y educadores de acuerdo a la materia a la que corresponda la tarea que tengan que realizar. Nuestro rol en ocasiones es ser puente con las escuelas, para asegurar que a los niños les lleguen las consignas. En el caso del jardín, se entregaron kits escolares con material didáctico para que los niños pudieran realizar sus tareas y se realizan contactos telefónicos para poder continuar con la actividad. En nuestro caso en la casa del joven dado que no podemos encontrarnos con los jóvenes, aprovechamos esos pequeños momentos cuando vienen a retirar las bolsas de alimentos para conversar, aunque sea 10 minutos y ver cómo se encuentran, seguir formando parte de su entorno. Muchos de ellos nos llaman para reportar situaciones de abuso o necesidades de trámites, por ejemplo, porque perdieron el DNI y no pueden percibir beneficios. Nosotros los acompañamos con información para que puedan resolverlo. El seguimiento de la gestión la realizamos en un archivo colaborativo y la compartimos en cada reunión semanal para evaluar cómo avanzar. La clave sin dudas es la paciencia, la adaptación y la tolerancia. Entender que cada uno tiene sus tiempos y buscar, como sea, mantener ese vínculo con nuestra comunidad”.

Los relatos son muy similares. Estas asociaciones, como tantas otras, vieron impactado su enorme labor diaria, sin embargo, su responsabilidad y compromiso siguen intactos. Poner el cuerpo para ellos es estar, tener en claro el foco y el pensamiento ágil para reaccionar rápido, innovar y asegurar los medios saltando las barreras para llegar a la meta.

Datos de contacto:

Asociación Pilares
Centro de Atención Integral San Cayetano